En Bogotá, por cada
mil estudiantes que entran a primero de primaria, solo 413 se gradúan en
el grado 11 en el tiempo previsto. Así lo reveló el informe “Educación
de calidad: para una ciudad y un país equitativos”, que fue desarrollado
por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De acuerdo con este documento, que fue
elaborado con la colaboración de la Secretaria de Educación de Bogotá
como parte del programa Misión calidad para la equidad, la principal
razón por la que desertan los alumnos tiene que ver con que no les gusta
el estudio, como lo afirma el 37 por ciento de la población del país
que está entre los 10 a los 17 años. En la capital del país esta cifra
es menor (25 por ciento), un motivo que resulta ser bastante preocupante
y que, según Alfredo Sarmiento Gómez, director del PNUD, debe llamar la
atención de los actores que confluyen en el sector educativo, que van
desde los padres hasta el Gobierno Nacional.
Las dificultades económicas resultan ser la
segunda razón de la deserción tanto en Bogotá como en el resto del país,
con 8,9 por ciento y 14, 3, respectivamente.
Así mismo, en esta investigación se evidencia
que el sector educativo tiene dos grandes retos en el territorio
nacional: cobertura y el promedio de años de formación de los
colombianos.
En el tema de cobertura, por ejemplo, se puede
decir que esta Nación ha tenido resultados agridulces, pues en el nivel
de educación básica se ha logrado que el cien por ciento de la
población ingrese al sistema educativo (aunque departamentos como
Guanía, Vaupés y Guaviare aún no han llegado a esa meta); sin embargo,
en la educación media esta cifra es de 70 por ciento. Es decir que, de
acuerdo con el informe de seguimiento a los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (ODM), de Naciones Unidas, aún hay que generar 300.000 cupos
adicionales en ese nivel académico.
Entre tanto, el promedio de años de formación en el país es de 7,5 años de estudio (lo que tenía Estados Unidos en 1890). “Lo cual resulta bastante preocupante, pues los cálculos para Colombia indican que para tener una probabilidad del 80 por ciento de no caer en la pobreza se deben alcanzar por lo menos 12 grados de educación”, apunta Sarmiento.
Entre tanto, el promedio de años de formación en el país es de 7,5 años de estudio (lo que tenía Estados Unidos en 1890). “Lo cual resulta bastante preocupante, pues los cálculos para Colombia indican que para tener una probabilidad del 80 por ciento de no caer en la pobreza se deben alcanzar por lo menos 12 grados de educación”, apunta Sarmiento.
Para Bogotá en 2011, dos de las 20
localidades, Chapinero y Teusaquillo, habían alcanzado el número de
grados de educación necesarios para tener buenas probabilidades de no
caer en la pobreza (12 grados). Mientras tanto, localidades como Ciudad
Bolívar, Usme y San Cristóbal contaban con cerca de 10 grados.
No obstante, el documento destaca la
implementación en el Distrito del Currículo para la Excelencia Académica
y la Formación Integral 40 x40, creado para afrontar la creciente
demanda educativa y ofrecer un desarrollo integral del estudiante. Para
cubrir ese incremento de la jornada educativa, se aumentó el número de
profesores de los colegios públicos, especialmente en el nivel
preescolar. Sin embargo, el informe advierte que a nivel nacional no
debe simplificarse el problema pensando que al aumentar las horas de la
jornada educativa aumentará la calidad; “cuando la calidad es deficiente
más de lo mismo es peor”, dice el informe.
Recomendaciones para mejorar la educación en el país
Este estudio incluye ocho recomendaciones
desde lo institucional, lo humano, lo educativo, lo social, entre otros,
en pro del fortalecimiento del sector educativo en Colombia. Estos
componentes se dieron como resultado de entrevistas y encuestas
realizadas a 10.355 ciudadanos entre padres de familia, alumnos,
expertos en materia de educación y maestros.
En este sentido, la primera recomendación que
dan se basa en la interacción entre estudiante y sociedad, que permita a
los menores desarrollar habilidades en busca de producir nuevos
conocimientos con un "equilibrio entre el saber, el ser y el hacer". El
segundo parámetro, busca fomentar habilidades individuales y colectivas
que ayuden a elegir un proyecto de vida, mientras que el tercero
pretende mejorar la educación en docentes para así optimizar la
educación infantil.
La necesidad de que la sociedad reconozca la
importancia de la educación para el desarrollo de la misma es el cuarto
ingrediente, seguido del hecho de que el nivel educativo del país se
demuestra en la participación social, política y económica.
En el sexto lugar, los encuestados pidieron la
realización de evaluaciones integrales que califiquen factores
socio-afectivos y contextos territoriales. Completan la lista de
recomendaciones el reconocimiento étnico, cultural y social, mientras
que la formación en la resolución pacífica de conflictos ocupó el último
puesto.
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